¿Y si el tiempo fuera una
ilusión?
¿Pasaría el tiempo si
no hubiera nada en el universo? Si todo se detuviera, si nada sucediera,
¿continuaría el tiempo?
Uno de los físicos que lleva 40 años negando que exista el tiempo es un
hombre peculiar, un doctor en física que decidió no seguir el camino habitual de sus colegas y pelear por
un puesto estable en alguna universidad o instituto de investigación: Julian
Barbour. Ganándose la vida como traductor de revistas científicas rusas, el resto de su vida la dedica a pensar sobre
temas tan fundamentales como la naturaleza del tiempo.
Según Julian Barbour el universo no
es otra cosa que una gran colección de momentos y cada uno de ellos una
colección de cosas. A la colección de todos estos momentos lo llama el montón. No tiene sentido querer ordenar temporalmente
esos diferentes momentos. Simplemente están y punto. Nada cambia en
el tiempo porque no hay tiempo, que es una ilusión creada por nuestro cerebro.
En esencia el razonamiento de quienes piensan como Barbour es el siguiente.
Imagina que vas a ver la película Lo que el viento se
llevó en un peculiar reproductor de DVD que, aleatoriamente, salta hacia adelante y hacia atrás:
estás viendo la secuencia donde Scarlett jura que jamás volverá a pasar hambre
y a continuación aparece aquella en la que conoce a Rhett Butler.
Nada parece tener sentido
Para ti nada parece tener sentido, pero no para los protagonistas de la
película. En cada secuencia ellos hacen lo que tienen que hacer y siempre lo
hacen. Es más, si pudieras parar
la película y preguntarles acerca de lo que piensan en ese justo momento, ellos
te responderían exactamente lo mismo que si estuvieras viendo la película en un
DVD sin esa tara. En cada secuencia ellos tienen siempre los recuerdos
que les corresponden a esa secuencia.
Pues bien, nuestro universo funciona exactamente igual que ese DVD: cada momento en el espacio-tiempo es como cada una de las secuencias de la película y lo que eres tú en cada instante, que es el ahora, es producto de tu experiencia en ese preciso instante.
Pues bien, nuestro universo funciona exactamente igual que ese DVD: cada momento en el espacio-tiempo es como cada una de las secuencias de la película y lo que eres tú en cada instante, que es el ahora, es producto de tu experiencia en ese preciso instante.
Tu vida, que en esencia es tu memoria y tus recuerdos, es un
conjunto de diapositivas (como las secuencias de la película) que provocan en
nuestro cerebro una sensación de paso del tiempo del mismo modo que
sucede cuando vemos una película: en ella no hay paso de tiempo, solo una serie
de secuencias grabadas en un DVD. Es el reproductor el que nos induce a pensar
que estamos viendo pasar el tiempo.
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