Según se desprende de un estudio realizado en la
Universidad de California (EE.UU) que; el consumo excesivo de refrescos
azucarados, jugos, abusar de los caramelos y los dulces durante siete (7)
semanas puede volvernos estúpidos. Por
tanto una dieta rica en azúcares afecta de manera considerable el aprendizaje y
la memoria.
Además de propiciar que el cerebro trabaje más
despacio. Por el contrario la ingesta de una buena cantidad de ácidos grasos
omega-3 puede de hecho contrarrestar el efecto negativo del sobreconsumo de azúcar, según sugieren los investigadores.
“Lo
que comes afecta a como piensas”, explica Fernando
Gómez-Pinilla, profesor de neuro-cirugía y coautor del estudio. Se considera
que a largo plazo, que una dieta con abundante contenido de fructosa-azúcar-
altera la capacidad del cerebro para recordar información. “Una compensación
sería añadir ácidos grasos omega-3 (nueces, salmón, etc.), a las comidas
para minimizar el daño”, aclara el investigador. Los ácidos grasos omega-3
protegen a las sinapsis, es decir; las conexiones químicas entre neuronas, que
permiten el almacenamiento de información y la adquisición de conocimientos y
habilidades nuevas.
El
estudio
Acota Gómez-Pinilla que su estudio hace referencia a
la fructosa que contiene por ejemplo, el sirope de maíz, un líquido edulcorante
seis (6) veces más dulce que el azúcar de caña que es añadida a las comidas
procesadas, como los refrescos y las papillas de bebé. No se refiere a la fructosa natural de las frutas, que no es dañina y,
además va acompañada de antioxidantes.
Más
estudios
Hay otro estudio que arroja que; el consumo de demasiado azúcar te vuelve
impotente, causa ceguera y produce falla renal ya que; por los altos
niveles de glucosa en la sangre, esta se va poniendo densa y, al ponerse densa
de tanta azúcar, esta como buen cristal busca donde quedarse a descansar
y se va acumulando, formando paredes infranqueables, por ser los capilares más
delgados (las venitas más pequeñas)
Finalmente
Entonces el exceso de azúcar en la dieta, bloquea la
capacidad de la insulina de regular cómo usan las células, el azúcar, y no
llega suficiente energía al cerebro para procesar el pensamiento y las
emociones. Por esto es recomendable hacer ejercicio por lo menos treinta (30)
minutos cinco días a la semana.