La cura; aceite de oliva y jugo de limón
Desde tiempos pretéritos se ha venido ponderando las
bondades de un tratamiento naturista, bastante original por así decirlo, para
disolver los cálculos biliares. Este tratamiento es: La cura del aceite de
oliva y el jugo de limón. He aquí el método: En ayunas cada mañana se tomarán
como dosis, dos cucharadas de aceite de oliva virgen, de presión en frio,
justamente con la misma cantidad de jugo de limón, este tratamiento se puede
repetir de tres a cuatro días.
Exageraciones
Sin embargo algunos médicos han propuesto cantidades
exageradas tales como: medio litro de aceite en una dosis. Como en todas las
cosas esta cura, debe estar precedida de una alta estima de la prudencia. No
son raros los casos en que las personas creen erradamente que han expulsado los
cálculos y, resulta ser; que solo han expulsado los aglomerados jabonosos, resultantes
de la interacción del cuerpo oleoso con los jugos intestinales o por el
contrario sustancias producto de la digestión intestinal.
Existen otros inconvenientes como por este; cuando
los cálculos son demasiado grandes esto
causa una obstrucción del conducto colédoco. Realmente este remedio no los
disuelve sino que; causa una contracción fuerte de la vesícula producida por la
ingesta de una buena cantidad de grasa en ayunas. Si en el mejor de los casos
el cálculo es relativamente pequeño, la contracción puede ocasionar su
expulsión a las heces, prosiguiendo: Si el cálculo es demasiado grande se corre
el riesgo de provocar un cólico biliar importante y peor todavía, incluso
reventar la vesícula, cuando se produce una obstrucción grave.
Por tanto, este tipo de cura debe implementarse
durante corto tiempo y en cantidades sumamente moderadas. Por cierto si los
cálculos son; demasiado grandes, ha de suspenderse la cura.
Cataplasmas
Es verdaderamente útil la aplicación de cataplasmas
de arcilla en la zona del hígado para aliviar los dolores, y además estimula
moderadamente la función del mismo. Las cataplasmas de arcilla caliente se
pueden aplicar dos o tres veces por semana, dejándolas una o dos horas como
mínimo.
Las cataplasmas de col machacada tiene la misma
utilidad, en este caso; su aplicación será a temperatura ambiente de modo
similar a la arcilla.
Remedios fito terapéuticos
La terapia ofrece una variedad de remedios que de
hecho ayudan a aliviar las enfermedades hepáticas, según el tipo y los síntomas
de dolencia, hay que tomar una decisión y optar por un tipo o forma de
preparación. Entre otros tipos de plantas medicinales que; actúan como tónicos amargos, tenemos las siguientes.
Alcachofa
(Cynara scolymus), la parte medicinal de la alcachofa son
las hojas de las plantas que solo
tienen un año. Comemos de la alcachofa nada
más que, los receptáculos florales inmaduros, que se presentan en las plantas
durante el segundo año de su evolución. Resulta una curiosidad que las hojas
más ricas en cinarina principio activo), son aquellas que más han sido maltratadas,
como si esta sustancia aumentara mediante los procesos de regeneración vegetal
de las hojas.
El componente principal, la cinarina, no solo regula
el flujo biliar, sino que tiene una acción reductora del colesterol, La
infusión o decocción de hojas de alcachofa, es intensamente amarga, tal cual lo
son la mayoría los tónicos para el hígado. Es recomendable tomar estas tizanas
frías o algo tibias para de alguna manera atenuar su mal sabor.
Achicoria
(Cichorium intybus), la raíz de achicoria tiene también un
sabor amargo. Su raíz tostada y molida puede tomarse como un sucedáneo del
café. Ambas sustancias regulan la bilis, pero esta última es contraindicada en
personas nerviosas porque; puede producir un espasmo en la vesícula biliar y
obstaculizar el flujo.