Medicina preventiva y naturismo
Existe un número bastante amplio de plantas medicinales para prevenir, las enfermedades coronarias, una vez que estas dolencias se han enquistado, en casos de angina de pecho importante o infarto al miocardio, se hace imprescindible, un control regular por el cardiólogo y una medicación adecuada de tipo no naturista, con nitratos, nitroglicerina o dilatadores coronarios.
Las plantas medicinales aún no han conseguido una efectividad verdaderamente cónsona, sin embargo el uso de plantas medicinales es indudablemente un evidente complemento que; nos permite mejorar ostensiblemente el estado de salud y, en infinidad de casos reducir las dosis de los medicamentos convencionales. En realidad muchas de ellas no pueden considerarse como plantas medicinales en un estricto sentido clásico (extractos, tizanas), sino que se trata de condimentos o alimentos de uso cotidiano, por lo cual estamos simplemente ante un tratamiento dietético y nutritivo que frente a una clásica terapia.
Por tanto cambiar ciertos hábitos alimenticios, significa no solo evitar las grasas, carnes, etc., sino también ingerir los alimentos más adecuados. Con relación a lo antes expuesto vamos a presentarles a su consideración algunas plantas que contienen estas características, para su conocimiento y uso siempre que ellas no contribuyan a agravar originalmente la enfermedad o padecimiento en particular.
1. Ajo (Allium sativum). El ajo sin duda, es la estrella en la prevención en la ateroesclerosis y de las enfermedades coronarias. Hay estudios realizados con su jugo, aceite, tintura o polvo deshidratado que, son numerosos, que demuestran muchos de los beneficios derivados de la llamada dieta mediterránea, que son debidos en menor o mayor medida al uso habitual del ajo en las poblaciones ribereñas del Mare Nostrum. Son notables los efectos notados en la práctica sobre todo en, los parámetros alterados que favorecen la formación de la ateroesclerosis. La sustancia responsable por su importancia es la alucina, la cual es producida a partir de un producto previo llamado aliina.
Mediante la trasformación producida por una encima que se libera cuando el ajo se tritura y se expone al aire; por ello, para obtener la máxima efectividad del ajo, debe consumirse crudo y machacado (o jugo), de forma que desprenda su característico olor, que es señal de su contenido en alicina. Gran cantidad de estudios revelan que el ajo reduce los niveles del colesterol (un 10% o 15%) y triglicéridos, disminuye la coagulabilidad de la sangre (previniendo la trombosis mediante un mecanismo que activa la degradación de los trombos de fibrina y reduce la viscosidad de la sangre), reduciendo la tensión arterial cuando se encuentra elevada (una reducción entre 20 y 30mm de mercurio como medida). La dosis a tomar es más bien poca: ingerir entre medio y un diente de ajo diario. Es suficiente para obtener el beneficio de sus efectos. Si deseamos consumir la misma cantidad en capsulas, tendremos que tomar unas tres capsulas o comprimidos al día.
2. Alcachofa (Cynara scolymus). Las hojas de alcachofa (que no es la parte comestible, el receptáculo de la flor inmadura), que contiene derivados de ácidos cafeilquínicos, los cuales han demostrado su efectividad en reducir porcentualmente los niveles de colesterol y triglicéridos (15%). La forma de preparación es realmente muy fácil: consiste en poner unas pequeña cantidad de hojas (de las que salen del tallo de la parte comestible de la alcachofa), a hervir cinco minutos a fuego lento y tomar de este cocimiento con cierta regularidad, preferiblemente fría, ya que, su sabor es muy amargo.
3. Alfalfa (Medicago sativa). Son notablemente importantes los estudios realizados por el Dr. Malinow y algunos colaboradores en Estados Unidos que se publicaron en importantes revistas como: American Journal of Clinical Nutritión y Atherosclerosis. El polvo de semillas de alfalfa reduce dramáticamente los niveles de colesterol (hasta de 20%), debido a la presencia de unas sustancias llamadas “saponinas,” que se unen al colesterol y evitan que sea reabsorbido por el intestino, permitiendo su eliminación por las heces.
La alfalfa germinada parece tener un efecto similar al de los comprimidos de semillas pulverizadas, por lo que es un complemento dietético de alta estima. El Dr. Malinow comprobó sobre animales de laboratorio que el polvo de semillas de alfalfa incluido en la alimentación no solo, reducía los niveles de colesterol, sino que además producía una regresión (mejoría) de la placa grasa de ateroesclerosis, algo verdaderamente bien importante porque; hay muy pocos fármacos que hayan demostrado esta capacidad curativa.