¡Vivir sin estrés! Vamos a hacer unos breves apuntes
sobre la medicina homeopática, con un recuerdo histórico de su fundador. Aquí
recordaremos algunos otros aspectos interesantes de la homeopatía.
Los
remedios homeopáticos estimulan el organismo para que se cure así mismo.
Dos
formas de tratamiento
En los tratamientos con la medicina alopática o
convencional su acción está signada para suprimir los síntomas. Es decir, por
ejemplo trata una diarrea con sustancias que producen estreñimiento y el
insomnio con sedantes. Contrariamente la homeopatía actúa según la premisa de
estimular el mecanismo de defensa corporal, tratándolo con pequeñísimas dosis
de una sustancia que produce síntomas similares a los de la enfermedad.
Los homeópatas ven los síntomas de la enfermedad
como una señal externa positiva de que el cuerpo está tratando de curarse por
sí mismo. Cada tratamiento homeopático es individual para cada persona en
particular. Es más; puede ser diferente según el momento en el que el homeópata
reconoce al paciente. En este sentido existen dos grandes tendencias o escuelas
en homeopatía: unicista y pluricista, esta última aplica el tratamiento de
forma más parecida a la medicina convencional.
La medicina homeopática considera que todos tenemos
nuestra propia energía o fuerza vital.
Esta es la fuerza que nos estimula, emocional, mental y, físicamente puede
dislocarse por una mala alimentación, el estrés, la falta de ejercicio, la
contaminación o los problemas hereditarios debilitándola; y es ahí cuando hace
su aparición la enfermedad. Por eso en este sentido lo que hacen los remedios
es; estimular esta fuerza, permitiendo al organismo curarse así mismo.
Las
sales de Schussler
En el siglo XIX, el médico alemán Wilhelm Schussler
identificó doce compuestos minerales que creyó vitales para la salud humana.
Cuando existe su carencia se pueden tomar en forma de sales tisulares
preparadas homeopáticamente.
Diluciones
Los remedios homeopáticos se obtienen del reino vegetal,
pero también; del reino mineral y animal. Una vez obtenidos se sumergen en un
90% de alcohol y 10% de agua para hacer una tintura, que se diluye muy
repetidamente. Los remedios centesimales, por ejemplo, se diluyen en una
proporción de 1:100. Hay que recordar que normalmente, y por extraño que
parezca, cuanto más se ha diluido el remedio, mayor es su potencia.
La celebridad de que goza la homeopatía en todo el
mundo, con cantidad de terapeutas y hospitales dedicados al cuidado
homeopático, y las pruebas clínicas que se han emprendido demuestra su
eficacia. Aún con esto, a los seguidores de la medicina convencional les
resulta difícil aceptar y comprender la precisión como actúan en la práctica
los principios de la homeopatía; por eso en algunos médicos persiste el
escepticismo sobre su efectividad.