El tabaco (Nicotiana Tabacum L.) familia de las solanáceas, planta originaria de America y de cultivo en el mundo entero. Es una especie engañosa, maligna; ejerce una influencia excitante primeramente en aquel; que la consume y luego es paralizadora y mortal al final. Su peligro es casi imperceptible por su lentitud en el efecto final que causa al organismo del hombre. Millones de personas han pagado con sus vidas su consumo excitante e ilusorio de bienestar, verdaderamente se han suicidado victimas de su influencia venenosa.
El pulmón siendo que por su naturaleza y hábito de consumo es el que más sufre con la inhalación del humo de este amigo indeseable. Con cada bocanada y aspiración de esta sustancia potencialmente mortal le entran al cuerpo humano una serie de elementos que componen la estructura original de este veneno: Alcaloide: Nicotina; otros componentes contenidos en el humo del cigarrillo: Cianuro, benceno, aldehído fórmico, metanol (alcohol de madera), acetileno, amoníaco, oxido de nitrógeno y, monóxido de carbono entre otros. Los perjuicios que produce el humo del cigarrillo son variados y cual más pernicioso que otro. Entre ellos el más importante es el enfisema pulmonar que se produce por la irritación química permanente del sistema bronquial; determina la formación del tejido conjuntivo, rigidez pulmonar y, alteración de los alvéolos aumentando así la presión arterial.
Con la deficiencia del pulmón hacen su aparición las dificultades respiratorias que evidentemente acortan las inhalaciones de aire puro haciéndose más breves. Los fumadores casi generalmente pierden su capacidad respiratoria entre un 50% y 75% después de fumar por más de 20 años. La nicotina en primer lugar estimula pero después deprime el sistema nervioso. Toda la satisfacción que se consigue al fumar proviene del efecto de esta droga. Los fumadores habituales todos requieren de un reaprovisionamiento constante de la sensación de bienestar que los induce a fumar. Básicamente el fumador es en su esencia un drogadicto.
Tibs
En los Estados Unidos se diagnosticaron el año pasado 438.000 casos de cáncer motivado al tabaquismo y, en el mundo entero 12,4 millones. Se estima que para el 2030 serán 26.4 millones.
Según las últimas investigaciones del Brookhaven National Laboratory de Nueva York, el efecto de la nicotina en el cerebro consiste en la reducción de la enzima MAO-B, responsable de regular la transmisión de la dopamina, neurotransmisor que controla entre otras alteraciones anímicas, la motivación y el placer. Por tanto, a menor cantidad de MAO-B (hasta un 40% menos en el cerebro de un adicto), mayor incremento de dopamina; aumento que, al intervenir en el tálamo, se convierte en la clave para sentir una ganas irreprimibles de volver a fumar otro cigarrillo. Nicolás Monardes, en su descripción de Las plantas del Nuevo Mundo (1574), recomendaba el tabaco como cura infalible para 36 enfermedades diferentes. Hoy en día, se recomienda dentro de la medicina herbolaria contra la sarna, dolores reumáticos y ciertas afecciones nerviosas. El médico herbolario Arias Carbajal recomienda hervir 90 gramos de hojas de tabaco en medio litro de agua para destruir la sarna, los piojos, etc. También receta las hojas frescas aplicadas sobre la frente y las sienes para curar, o al menos calmar, las neuralgias.
Fuente consultada: Las drogas tal cual…Investigación de Karina Malpica.