domingo, 20 de enero de 2013

El aceite balsámico y su misterio

   El aceite balsámico y su misterio

La palabra bálsamo viene de la palabra griega (balsamón), que era como llamaban a un tipo de árbol (commiphora opabalsamum), y la cual tiene una resina muy aromática. La palabra griega viene del semita Baal Shemen (aceite del Señor), Baal quiere decir señor y Shemen, sustancia oleosa (aceite). Desde la antigüedad el bálsamo gozaba de gran aprecio, de uso para fines medicinales. En el Génesis, se habla como comerciantes ismaelitas llevaban bálsamo de Galaad a Egipto. Galaad es una región que se encuentra entre Siria y Jordania.
El aceite balsámico (¿misterio?)
El aceite balsámico se menciona en la Biblia en los relatos de la reina Ester, la reina de Seba y el rey Ezequías. En el año de 1988, se descubre una pequeña vasija de aceite, en una cueva cercana a Qumrán, en la orilla occidental del Mar Muerto, lo que dio lugar a diversidad de especulaciones. ¿Se trataba de la última muestra existente del misterioso aceite balsámico?

Al respecto; los investigadores, no tienen una respuesta definitiva, y al día de hoy, los horticultores intentan todavía recuperar las invaluables plantas de bálsamo. Al parecer, el aceite balsámico que se menciona en la Biblia, se obtenía en las cercanías de En-guedí. Las excavaciones arqueológicas realizadas luego, han expuesto a la luz, hornos, tarros y objetos metálicos, huesos, del siglo VI antes de nuestra era que; tienen parecido a los utilizados en otras partes para la elaboración de perfumes.
Algunos estudiosos creen que el árbol o arbusto de bálsamo procedía originalmente de Arabia o de África. Su fragancia provenía de la resina de la planta. El aceite balsámico tenía un precio tan alto, que los métodos de producción y cultivo los mantenían en secreto. Tanto que el bálsamo llegó a usarse como artículo de negociación en asuntos políticos.

Para ejemplarizar; el historiador Josefo afirma que Marco Antonio, ofreció toda una arboleda de esta valiosa planta como regalo a la reina egipcia Cleopatra. Plinio el historiador romano, cuenta que en el primer siglo los guerreros judíos intentaban acabar con todas las plantas de bálsamo para, impedir que los conquistadores romanos se las llevaran. Por las referencias bíblicas y los descubrimientos arqueológicos últimos, podemos hacernos una idea del arte de la cosmética entre los pueblos de tiempos bíblicos.
 
La coquetería femenina, incluso; tal vez en tiempos anteriores a los bíblicos, por su bien conocida naturaleza, ya conocía los rudimentos de una cosmetología primitiva, la cual posiblemente no está documentada de manera precisa. En alguna parte, imagino debe haber testimonio de lo que estamos exponiendo, sin tener elementos probatorios que nos alumbren sobre lo expuesto.